El Consejo de Seguridad de la ONU comenzó este martes su primera reunión pública formal sobre ciberseguridad, una preocupación creciente como demuestra el reciente intercambio de opiniones sobre el tema entre el presidente estadounidense, Joe Biden, y su homólogo ruso, Vladimir Putin.
«El riesgo es claro» y «la cooperación es esencial» para combatir la actividad maliciosa, subrayó la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield.

«Tenemos un marco, es el momento de aplicarlo», dijo sin mencionar a Rusia, a la que los occidentales suelen acusar de piratería informática.
En una cumbre celebrada en Ginebra, Biden fijó líneas rojas para Putin, cuyo país es acusado a menudo de estar detrás del pirateo informático. En este caso, definió 16 entidades «intocables», desde el sector energético hasta la distribución de agua.
Alabando el papel proactivo de Rusia en la lucha contra la ciberdelincuencia, el embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia, pidió la adopción de “nuevas normas” a través de “un proyecto de convención para 2023» que sea jurídicamente vinculante.
«Si las amenazas a la seguridad informática mundial nos igualan a todos, entonces debería discutirse no dentro de un círculo estrecho de estados tecnológicamente desarrollados, sino con todos los estados de la ONU», insistió el diplomático ruso.