El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, firmó este viernes un decreto que limita el acceso a armas y municiones para civiles, dando marcha atrás a una política implementada por su antecesor, Jair Bolsonaro.

La medida fue firmada por el mandatario durante una ceremonia en el Palacio presidencial del Planalto, como parte de un “Programa de acción en Seguridad” presentado junto a su ministro de Seguridad, Flávio Dino, que incluye otras medidas y propuestas para intentar disminuir la violencia en Brasil.

El decreto sobre el “control responsable de armas” reduce de 4 a 2 la cantidad de armas, y sus municiones, para fines de defensa personal y exige la demostración de efectiva necesidad para adquirirlas, entre otros puntos.
Además, disminuye de 30 a 6 el número de armas para cazadores, tiradores deportivos y coleccionadores. Y limita el horario de funcionamiento de los clubes de tiro, que además deberán operar a al menos un kilómetro de distancia de escuelas.